lunes, 2 de septiembre de 2013

Solos tu y yo...amor a escondidas

Volver a ese sillón me hizo recordar ese momento en que estábamos los dos sentados viendo la película. Basto solo de un roce ligero de tu mano en la mía para que la mecha se encendiera. El lento recorrer de mis dedos en tu mano se volvió más y más frecuente, tanto así que las caricias se propagaban por tu brazo. En eso me dices q sientes frio y que te abrace. Sobre la misma maniobra me aferro a tu cintura por debajo de tu blusa. El contacto con tu piel gatilla en mi cuerpo un escalofrió tenue.
Al rato te siento agitada y te pregunto si tienes fiebre. Acerco mí frente a la tuya y te lanzo una profunda mirada. Abres ligeramente tu boca como esperando que algo suceda Y en el movimiento dejas salir algo de tu aliento tibio invitándome a probar tus labios. Extrañado y sin dejar de mirarte pongo mi mano en tu barriga como queriendo comprobar mejor tu temperatura, tu mano la desliza hacia tu calza bajando por tu pelvis hasta rozar tu ropa interior. Me dices que sientes calor allí y metes aún más profundo mi mano. Toco tu sexo por sobre la ropa sintiendo el calor de tu cuerpo. Uy, si que estas con fiebre ¡y en eso me plantas un beso que me pilla de sorpresa. Me cuentas que hace días que estabas esperando a que nos quedáramos solos pues solías mirarme siempre que venía de visita a la casa. Moría porque me tomaras en cuenta pues lo único que hacías era saludarme e irte a jugar con los chicos. Era invisible para ti.
La quede mirando un segundo pensativo, la arrojo tendida al sillón para quedar sobre ella. La bese con desenfreno mientras mi mano sostenía su pecho por sobre la ropa. Nunca te ignore, es solo que te deseaba tanto que tenía que distraerme para que mis tíos no lo notaran. No lo iban a permitir. Con el paso del tiempo te fuiste transformando en toda una mujer pero eras mi prima y por eso no podía hacer nada…hasta ahora que nos quedamos solos. Me apreste a volver a besarla. Mi erección estaba a full y me moría por seguir un paso más allá. En eso ella coloca ambas manos por debajo de mis jeans y se aferra a mis glúteos mientras su sinuosa lengua se adentra en mi boca. Oigo su respirar aún más agitado y me pierdo en sus besos. Me despego un momento de sus labios y descubro su estómago. Recorro con  mi lengua suavemente su piel mientras su respirar se agita más y más. El olor de su piel entremezclado con su crema humectante le da un tono exquisito y embriagador. Sintiendo como se agita más y más con cada lamida para luego colar mis manos entre su blusa para tomar sus firmes senos entre su sostén. Pasando mi lengua por su vientre y acariciando sus pechos sobre la ropa al mismo tiempo. Con sus piernas enredadas en las mías sintiendo como son sus muslos acaricia mi miembro por sobre la ropa. La siento desfallecer entre gemidos junto conmigo.
Luego me acerco a su cintura para bajar sus calzas lentamente y dejándola hasta la rodilla. Ella se levanta para que las baje mientras acerca su boca a la mía. Respirándonos el uno al otro con los ojos cerrados. Con mis dedos rozo tus nalgas mientras bajo la calza lentamente hasta que quedo agachado frente a ella. Acerco mi cara a tus bragas y me quedo abrazado a tus piernas mientras te huelo la ropa. La delicia de tu cuerpo no tiene límites. Me embriago aún más que tu estómago.
En la excitación echas tu cola hacia atrás y cae sobre el sillón con las calzas a medio sacar. Cuelo mi cabeza entre tus piernas y las acaricio con mis manos mientras mi cara sigue sintiendo el perfume de tu ropa interior. Mi nariz se roza en medio de tu sexo y gimoteas con cada roce. Siento como la humedad se cuela entre tus ropas y queda en mi nariz mientras respiras dificultosamente cada vez que me muevo. Al observar hacia arriba noto como tus manos agarran con fuerza tus pechos mientras tu mirada se pierde. No puedo evitarlo, mi lengua pasa por tu ropa y mis labios la chupan. El sabor de tu sexo me tiene poseído y sin control. No paro de chupar y beber a cada instante con más deleite mientras tu gimes descaradamente ya. Te aferras a mi pelo intentado contener la excitación y me miras atónita mientras mi lengua y mi boca se aferras más a ti.
Aparto tu ropa interior con mis dedos hacia un costado y observo tu sexo. Sus labios húmedos e hinchados. Introduzco mis dedos. Un gemido desesperado deja salir mientras muerdes tu dedo intentando contenerse. Comienzo a masturbarla paulatinamente más y más rápido mientras mi lengua se regocija en su clítoris. Sintiendo como sus piernas ceden y sus caderas se contonean más y más. Tiembla de placer. Me excita aún mas saberlo. Me pide que me detenga. Está en su límite, pero yo no quiero hacerlo. Pongo una mano sobre su pelvis y presiono. Eso la desploma. Siento su interior temblar y estremecerse. La beso lo  fuerte que puedo mientras se viene sobre el sillón. En ese momento siento la puerta de entrada abriéndose y mis tíos entrando un tanto borrachos mientras rápidamente nos arreglábamos para que no se dieran cuenta. Nos hicimos los dormidos pero sentía como ella seguía agitada en mi oreja. Mientras intentaba esconder mi mano tibia y húmeda entre mi bolsillo. Mis tíos nos despiertan y nos dicen que nos vayamos a acostar para que no nos refriemos. La tele ya estaba en azul. Ni siquiera supimos cuando termino de reproducirse la peli. Camino a mi habitación me encuentro con ella en las escaleras y me mira. Me dice que nadie la había hecho sentir así, toma la mano con la cual la masturbe y chupa los mismos dedos. “Esta me la vas a pagar, primito, para la próxima quero algo más que tus dedos dentro de mi. No me vas a dejar con las ganas como esta noche” y me suelta un tierno pero a la vez cómplice beso en la mejilla.
Pues esa es una parte de la historia. No sé si les gustara escuchar lo que paso después pero les aseguro que fue aún más increíble.

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